Una antigua casona de estilo majorero donde el carácter rústico de la madera y la piedra contrasta con el paisaje seco y árido de las llanuras de la isla.
Construida en 1890, se llama Era de la Corte, por ser un lugar de trilla y estar situado junto a un molino de gofio.
Fue lugar de nacimiento de su propietario Andrés Rodríguez Berriel, que la restauró junto a su esposa María Victoria Cabr/era Báez. En su restauración se respetó rigurosamente la arquitectura original y la conservación de este edificio histórico, de arquitectura sobría y elegante, ofrece en su restauración una mirada al pasado histórico de Antigua, transmitiendo tradición, cultura e historia; al mismo tiempo que espíritu libr/e e innovador con la incorporación de la estética contemporánea.
La finca está rodeada de palmeras canarias, plantas de aloe vera y todo tipo de plantas autóctonas de Canarias, donde se respira aire limpio y hace el entorno un lugar ideal.