La casona montañesa construida en 1950 y restaurada con esmero se transforma en una cómoda Posada rural.Las paredes son gruesos muros de piedra, ladrillo y madera.En la fachada sur, abierta al sol y a la luz destaca la solana, el elemento más típico de esta construcción.Se trata de un balcón corrido con baranda de madera protegido de los vientos y lluvia.
La Posada dispone de diez habitaciones con baño completo,estancias amplias, con vigas de madera en los techos y
mobiliario acorde.
La remodelación convirtió los espacios bajocubierta en dormitorios especiales, preciosas buhardillas de estilo rústico.
Contamos con un salón,con wiffi, donde gozar de la lectura o descansar y un soleado jardín orientado al sur.
El comedor es rústico y acogedor, con chimenea,aunque se puede disfrutar del desayuno o la cena en la terraza ,con las vistas de los Picos de Europa y el paisaje verde de Cantabria.